LA SENAL QUE DIOS MIRA
«Pues Jehová pasará hiriendo a los egipcios, y cuando vea la
sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová de largo
por aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas
para herir.». Éxodo 12:23.Por fin el tiempo de
libertad había llegado para los israelitas
cautivos en Egipto. Nada ni nadie detendría la marcha de los acontecimientos sencillamente porque
el Altísimo lo había planificado todo.
Diez plagas vinieron sobre Egipto. Faraón se burló de las primeras porque sus magos, con sus brujerías,
producían el mismo resultado que Moisés y Aarón producían por orden de Dios.
Pero a partir de la tercera plaga, los magos fueron incapaces de favorecer la postura de Faraón. A partir
de allí los habitantes de Egipto empezarían a sentir los estragos de los elementos naturales que estaban viniendo
en su contra. Hasta que vino la plaga más fuerte, la más poderosa, aquella que no sólo rompería la
tranquilidad del pueblo egipcio, sino que irrumpiría fuertemente en el seno de cada hogar sembrando dolor.
La muerte de los primogénitos era inminente sobre todo Egipto. Enviado por Dios a cumplir con el trabajo, el espíritu de muerte no haría distingos de ninguna clase sino que recorrería todos los rincones de la tierra cumpliendo la orden que le había sido dada.
Sólo una señal evitaría que sus poseedores sintieran los dolores de la muerte:
«La sangre os será por señal
en las casas donde vosotros estéis;
veré la sangre y pasaré de
largo ante vosotros, y no habrá
entre vosotros plaga de mortandad
cuando hiera la tierra de
Egipto» Éxodo 12:13.
¡Cuán importante fue para los Israelitas poseer aquella señal! Ella les significaría vida y el gozo de las promesas
que les estaban aguardando.
Pero aquella sangre puesta en los postes de cada casa israelita tenía de parte de Dios un significado todavía
mucho más profundo, más amplio, más permanente. ¡La sangre de aquel animal destinado a la Pascua era el
prototipo de la sangre de Cristo!
Hoy por hoy todos sabemos que haber sido lavados con ella nos habilita para tener derecho a gozar de
todas las maravillas de una nueva tierra enteramente llena de bendiciones.
Pero el momento viene cuando la sangre de Cristo no sólo será una señal personal de cada redimido, sino
que va a ser una señal a la vista de todos los ojos humanos.
Las plagas con las cuales Dios hará que el mundo sienta el ardor de su ira están dispuestas para ser derramadas
sobre el mundo; un mundo que espiritualmente es conocido como Babilonia y Egipto.
Las plagas van a sembrar terror y caos, y cada una de ellas no hará distingos de ninguna clase en la vida vegetal, en la animal ni en la vida humana, vienen va hacer destrucción.
Sólo quienes tengan la señal de haber sido lavados con la sangre divina derramada en la cruz serán exceptuados.
Sólo ellos no sufrirán las plagas, y el mundo los va a mirar libres de dolor, sin ser tocados por el ángel de la muerte.
Como cuando Dios azotó a los Egipcios, así viene el tiempo en que ni la ciencia médica, ni ninguna medicina
alternativa, ni el ocultismo, serán capaces de evitar el dolor que
se avecina.
Para tener la senal, hay que ser bautizados en el nombre de Jesucristo
FIN
JESUCRISTO REGRESA PRONTO
QUEDA TAN POCO TIEMPO.......